Ser médico de familia va más allá de la especialización, abarca una atención integral y a largo plazo para los pacientes.
Un médico de familia establece relaciones a largo plazo, ofrece continuidad en la atención médica, fomenta la comunicación abierta, guía en la toma de decisiones informadas, y se enfoca en la prevención y la detección temprana de enfermedades, actuando como un vínculo vital entre los pacientes y una red de especialistas cuando es necesario.